Este nuevo año verá la puesta en marcha del «Chinese Overseas Intellectual Property Dispute Response Guidance Center» (Centro Chino de Orientación para la Solución de Controversias en Materia de Propiedad Intelectual en el Extranjero) para la resolución de disputas de propiedad intelectual. 75 juristas han sido elegidos para ello. 35 de ellos son occidentales y 5 son españoles.
La elección llega tras un concurso de méritos público a nivel mundial
La lista de expertos se puede consultar en este enlace y en ella aparecen Ana Casas y Fernando Martín. de Isern Patentes y Marcas; Enrique Armijo y Manuel Desantes, por el despacho Elzaburu, y María Eugenia Mateu por Mateu Prades European IP Attorneys.
El centro en cuestión ha sido creado por la Oficina de Patentes y Marcas China (CNIPA), la oficina más grande del mundo. Con una plantilla de cerca de 20.000 personas.
El CNIPA lo ha creado para servir de guía en materia de conflictos relacionados con la propiedad intelectual en el extranjero.
En opinión de Desantes catedrático de Derecho internacional privado de la Universidad de Alicante y «of counsel» (consejero legal) de Elzaburu, este “un centro muy novedoso, extraordinariamente ambicioso, que pretende que las empresas chinas comprendan mejor las diferentes culturas y los diferentes sistemas jurídicos en su proceso de internacionalización”.
El CNIPA tiene dos tareas principales; una de ellas es guiar a las empresas chinas en la salvaguarda de sus derechos de propiedad intelectual en el extranjero y la otra ayudar a comprender y respetar mejor los sistemas y normas de propiedad intelectual de las jurisdicciones extranjeras.
Para este experto «uno de los problemas más importantes que encuentran las empresas chinas que quieren internacionalizarse es el desconocimiento de los sistemas jurídicos de los distintos países».
También destaca que “con esta iniciativa se trata que sus empresas no entren en conflicto con otras empresas por cuestiones de propiedad intelectual y para que puedan defenderse mejor cuando una empresa extranjera infringe sus derechos de propiedad intelectual”.
A juicio de Desantes «este proyecto es importante en la medida en que China es la primera potencia mundial en propiedad intelectual, de modo que puede servir de ejemplo para otros países a la hora de evitar conflictos y litigios y, sobre todo, para ayudar a mejorar tanto la seguridad jurídica como las relaciones comerciales internacionales».
Desantes conoce bien el mundo de la propiedad intelectual.
No en vano entre 2001 y 2008 fue vicepresidente de la Oficina Europea de Patentes, con sede en Múnich, responsable de los Asuntos Jurídicos e Internacionales, incluyendo la cooperación con China.
Reconoce que la legislación china relativa a todos los aspectos de propiedad intelectual e industrial ha estado muy influida por la legislación europea y ello ha sido posible gracias a la colaboración constante entre China y Europa en esta materia desde hace cuarenta años.
Desde 2009 colabora con Elzaburu y de un modo especial con su sede de Pekín.
Visita China varias veces al año desde hace tres décadas y ha impartido conferencias en más de veinte universidades chinas.
Sobre este asesoramiento Desantes señala que “esta limitado a aspectos estratégicos generales y no afectará a cuestiones jurídicas concretas. Este es un detalle importante: no se trata de seleccionar a personas que vayan a resolver litigios específicos, y ello justifica que la colaboración no esté renumerada”.
Y destaca que “ los expertos seleccionados participarán también en actividades de formación destinadas a fomentar la cultura del respeto a los derechos de propiedad intelectual e industrial en todo el mundo, incluyendo, por supuesto, en China”.
Desantes catedrático de Derecho internacional privado de la Universidad de Alicante y «of counsel» (consejero legal) de Elzaburu.
Evolución de China hacia la legalidad
En cuanto a la evolución de China, de ser un mercado muy pirata a trabajar en esta línea de la legalidad, Desantes explica que «el sistema de propiedad intelectual e industrial chino tiene menos de cuarenta años y hace falta tiempo para lograr la madurez suficiente que permita entender que el respeto a la propiedad intelectual e industrial es un elemento clave para el desarrollo de los pueblos en el siglo XXI».
Para este jurista, “China está decidida a liderar el nuevo mundo de las tecnologías hibridadas -el ejemplo de la inteligencia artificial y del internet de las cosas es más que evidente- y ello implica liderar también el respeto de los derechos de propiedad intelectual e industrial”.
En cuanto a los avances legislativos y judiciales que China está haciendo para modernizar sistema de propiedad intelectual e industrial, explica que “en el año 2018 se refundieron las Oficinas de Patentes y de Marcas para crear un entramado administrativo más eficiente: el CNIPA, donde trabajan hoy más de 20.000 especialistas”.
También señala que han creado multitud de tribunales especializados en materia de propiedad intelectual e industrial, incluso al nivel del Tribunal Supremo chino.
“Estos tribunales han comenzado a dictar sentencias muy relevantes en asuntos extraordinariamente complejos relacionados con las tecnologías emergentes, sentencias que seguimos con atención y comentamos los especialistas de todo el mundo”.
A nivel de resolución de conflictos, Manuel Desantes subraya que ante la lentitud de los tribunales y las relaciones comerciales “ no pueden esperar más, es comprensible que se desarrollen otros modelos de resolución de conflictos, y ello implica necesariamente potenciar tanto el arbitraje cuanto la mediación”.
A su juicio “ la verdadera revolución está por llegar: el Derecho tendrá que adaptarse a este mundo de cambio vertiginoso para pasar de ser una herramienta que resuelva conflictos a largo plazo a ser un instrumento que acompañe a las personas y a las empresas con el fin de evitar que surjan las controversias o minimizar sus efectos”.
Defensa de los clientes en el mundo global
Por su parte, María Eugenia Mateu es abogada en ejercicio especializado en propiedad industrial e intelectual y agente de la Propiedad Industrial.
Por lo que respecta a la vinculación con China se debe a la protección de los intereses de los clientes allí.
Mateu recuerda que “llevo dedicándome a la propiedad industrial e intelectual desde el año 2000. El hecho de dedicarme a esta especialidad se lo debo al profesor Paul Goldstein, que me hizo de mentor en su día, cuando vivía en San Francisco y al que le estoy muy agradecida”.
Sobre el asesoramiento que esta jurista tendrá que dar a las empresas chinas a partir de este 2020 destaca que se focaliza en “facilitar información sobre normativa aplicable en materia de propiedad intelectual e industrial y ofrecer soluciones o sugerencias con el objeto de gestionar disputas en materia de propiedad industrial e intelectual”.
Al mismo tiempo estos expertos como Mateu «participarán en actividades de formación y difusión de conocimiento sobre propiedad intelectual e industrial y ofrecerán a estas empresas directrices prácticas de gestión de derechos de propiedad industrial e intelectual».
María Eugenia Mateu es abogada en ejercicio especializado en propiedad industrial e intelectual y agente de la Propiedad Industrial.
Para ella es evidente que «las empresas se han dado cuenta de la importancia de tener sus marcas protegidas y de actualizar y velar por esta protección frente a terceros. Ello es así porque en la marca se concentran todos los esfuerzos y resultados, tangibles e intangibles, que las empresas van atesorando en el mercado».
Sobre los requisitos que un experto en propiedad intelectual debe tener para asesorar a empresas chinas, Mateu destaca que debe ser «un experto en derechos de autor, patentes, marcas, diseños, competencia desleal, con experiencia práctica en la resolución de todo tipo de conflictos reales, tanto extrajudiciales como judiciales».
En cuanto a la evolución de China hacia la legalidad en propiedad intelectual reconoce que «en este país la protección de los activos intangibles, tanto de marcas como de patentes, es una tendencia creciente que va al alza y que se extiende a terceros países por parte de las empresas Chinas de forma exponencial».
En su opinión, este cambio de modelo se viene propiciando en los últimos años por la promoción «del desarrollo e innovación de ciencia y tecnología junto con el favorecimiento de un escenario cultural atractivo».
Respecto a los avances legislativos y judiciales de este país asiático para proteger la propiedad intelectual, Mateu destaca “la adopción de la nueva Ley de inversión extranjera se busca fortalecer la protección de los derechos de propiedad intelectual e industrial de los inversores extranjeros”.
Y revela que “así, entre otras medidas, se busca endurecer la responsabilidad de los infractores de derechos de marcas y patentes, con el incremento de la indemnización (de 3 a 5 veces las pérdidas reales), los beneficios económicos obtenidos por el infractor o los royalties que hubiese debido percibir”.
Autor: D. Luis Javier Sánchez
Fuente: confilegal.com